Los cambios de estación suelen ser un reto a la hora de proteger tu piel. Con cada transición, la temperatura, la humedad, el viento y la exposición solar se modifican, generando sequedad, irritaciones, exceso de grasa o incluso la aparición de manchas. Por eso, adaptar tu rutina de cuidado es esencial para mantener la piel equilibrada, luminosa y protegida en cualquier época del año.
No existe una rutina única que funcione los doce meses del año, es necesario adaptar el trato que das a tu piel para protegerla de los posibles cambios. La clave para proteger tu piel es la adaptación a estos cambios. Pero, ¿sabes cuáles deben ser estos cambios en cada estación?
A continuación, te damos 4 consejos para proteger tu piel en cada temporada:
En primavera, cuidado con el aumento de polen y partículas en el aire puede irritar las pieles sensibles. Para proteger tu piel en esta estación, conviene optar por limpiadores suaves, hidratantes ligeras y reforzar el protector solar, ya que la radiación UV comienza a intensificarse.
En verano, el calor, el sudor y la exposición solar favorecen la deshidratación y la aparición de manchas. Utiliza cremas tipo gel o sérums acuosos para facilitar la hidratación de la piel. Nunca olvides renovar el protector solar cada dos horas.
En otoño, tras varios meses de sol, aparecen signos en la piel de daño como manchas y texturas irregulares. En estos casos, es un buen momento para incluir exfoliaciones suaves y activos despigmentantes, junto con hidratantes nutritivas para proteger tu piel y reparar la barrera cutánea.
En invierno, el frío y la calefacción reducen la humedad del aire, causando sequedad y rojeces. Usa cremas más densas, evita duchas muy calientes y considera colocar un humidificador en tu hogar.
El agua es el mejor aliado de la piel. Somos un 60 - 70 % agua, por ello, tener en cuenta la hidratación a nivel funcional de nuestros órganos debe ser una de nuestras prioridades. La hidratación debe realizarse de dos maneras.
No solo se trata de proteger la piel a nivel externo con aplicación de cremas y sérums, sino de cuidar nuestra piel desde el interior ayudando a nuestro organismo a mantenerlo hidratado.
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Aunque muchas personas lo asocian únicamente con el verano, la protección solar es indispensable todo el año. La radiación ultravioleta atraviesa las nubes y las ventanas, provocando fotoenvejecimiento y aumentando el riesgo de cáncer de piel.
Hacer del protector solar un hábito diario es la forma más efectiva de prevenir arrugas prematuras, manchas y pérdida de firmeza.
La piel necesita estar libre de impurezas, pero sin agredirla. Por ello, es importante realizar una limpieza suave por la mañana para retirar residuos nocturnos, y una más profunda por la noche para eliminar maquillaje, sudor y contaminación. Nuestro gel limpiador de alta tolerancia es un gran aliado para la limpieza de tu piel, además funciona con todo tipo de pieles.
En determinadas épocas del año, sobre todo durante la primavera y el verano, una doble limpieza con aceite y gel acuoso ayuda a eliminar tanto grasa como partículas ambientales. En este sentido, el uso de nuestro gel limpiador anti imperfecciones puede ser el producto estrella para proteger tu piel y establecer una rutina beauty, ya que hidrata y calma la piel gracias al aloe vera.
Cuando la exfoliación es uno de los tratamientos más efectivos, sobre todo 1 o 2 veces por semana; y en otoño e invierno, debe ser controlada. Los exfoliantes químicos como los alfa-hidroxiácidos (AHA) mejoran la textura sin causar fricción.
Durante el resto del año, puedes hacerte limpiezas más profundas con ayuda de profesionales que te orientarán sobre qué tipo de limpieza es más recomendable para cada cambio de estación. Para ello, te ofrecemos todas nuestras promociones para el cuidado facial, siempre realizadas con personal experto.
Los antioxidantes neutralizan los radicales libres que dañan el colágeno y aceleran el envejecimiento. Incorporar un sérum con vitamina C por las mañanas o vitamina E y péptidos por la noche potencia los resultados de tu rutina. Además:
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Proteger tu piel no se limita al cuidado de la misma a través de cremas. Los hábitos diarios influyen directamente:
No hay fórmulas mágicas universales. Lo más inteligente es observar cómo responde tu piel a cada estación y ajustar la rutina en consecuencia. Un producto que funcionaba en verano puede quedarse corto en invierno. De igual forma, ciertos activos como el retinol pueden ser mejor tolerados en verano, mientras que en invierno pueden irritar más.
Si notas sequedad extrema, irritaciones persistentes o brotes intensos, lo recomendable es consultar con un dermatólogo que pueda guiarte con un tratamiento específico.
Cuidar la piel en los cambios de estación es más que una cuestión estética es invertir en salud a largo plazo. La constancia, el uso de productos adecuados y la protección solar diaria son pilares que garantizan un cutis fuerte, luminoso y protegido frente a agresores externos.
Adoptar una rutina flexible, adaptada y respaldada por la ciencia inspira confianza y demuestra que tu bienestar está en manos expertas como lo son los especialistas de nuestros centros No+vello. No dudes más y pide tu cita para convertir la piel de tu rostro a su mejor versión.